3.- LA FUGA.

El padre de Ángela llegó a su casa y le comentó a su esposa: -Ya le conseguí un buen
esposo Ángela, será el cacahuatero, mañana a las 8:00 de la mañana debe estar lista con sus trapos.

La esposa se quedó pasmada, no dijo una sola palabra, sabía que estando borracho  no era momento de reproches, pues no conseguiría nada, tratar de hacer razonar a un hombre en estado de embriaguez es un trabajo en vano, pensó que lo mejor sería tratar de dormir un poco y por la mañana oponerse rotundamente a la partida de Ángela, incluso posiblemente no habría necesidad de eso, pues ya estando en sus cinco sentidos, el Padre podría tener una reacción favorable a la situación.

A quien consideré como padre también era alcohólico, vivir con un padre que tuvo problemas con el alcohol me hizo sentir que eso era normal, que así es la vida, que es lo que me tocó... algunas veces me sentí avergonzada, enfadada, triste, dolida, experimenté un sinfín de emociones. Los problemas con la bebida alteraron el funcionamiento de la familia de Ángela, la mía y la de muchos. Los hermanos mayores se vieron obligados a cuidar de sus hermanos menores y de su propia madre, pero por miedo a la reacción del padre, los problemas, las consecuencias, no siempre los hermanos pueden dar se mejor apoyo, Ángela fue la hermana menor.

El padre de Ángela maltrató a sus hijos emocional y/o físicamente. Otros pueden desatenderlos al no proporcionarles suficiente guía ni suficientes cuidados.  Ángela sufrió de maltrato físico y de falta de atención.

Independientemente de lo que ocurra, la mayoría de los hijos de alcohólicos como Ángela quieren a sus padres y les preocupa que les pueda ocurrir algo malo. Ángela al saber que a su madre la golpeaba su esposo al beber, probó todo tipo de cosas para impedir que bebiera. Pero, del mismo modo que los miembros de una familia no pueden provocar la adicción al alcohol, tampoco lo puede frenar, no estaba en sus manos.

Ángela, sin haber concebido totalmente el sueño, escuchó las palabras de su inconsciente padre y no pudo dormir de la preocupación...Desconcertada, comenzó a pensar en su futuro, se imaginaba lo que pasaría a la mañana siguiente y lo que sería vivir con el cacahuatero, era un señor quien podría ser su padre o abuelo, físicamente desagradable y que olía muy mal, además, ella aún era una niña…Se divertía corriendo con los perros e inyectando limones, soñaba con ser enfermera cuando fuera mayor, desde que habían llegado las campañas de vacunación a su pueblo no soñaba con otra cosa, pero lo que escuchó le cambiaría la vida, pensó que a partir de ese momento ya no tenía derecho de soñar y lloró internamente; ella pensó en un amigo de la familia con quien sus hermanos se llevaban muy bien, su nombre es Reynaldo, vivía muy cerca de su casa, él salía todos los días desde las 5:00 de la mañana montado en burro al  pueblo más cercano para hacer la entrega de huevos a las panaderías, así, que Ángela sin hacer ruido movió la puerta de madera cuidando que no rechinara y salió de su casa estimando la hora de salida de éste…Sin más miedo que a la idea de verse casada con el cacahuatero, esperó a Reynaldo adelante de su casa y pidió que la llevara al pueblo, le contó lo que estaba pasando y de alguna manera sintió que Reynaldo la comprendía; Ángela aún era una niña, no había tenido la experiencia de  un periodo menstrual, mismo que tuvo que llegar de manera precipitada. En el trayecto, Reynaldo, sin pensarlo mucho, le pidió a Ángela que vivieran juntos en el pueblo, razón por la cual ni Reynaldo ni Ángela regresaron al rancho. Reynaldo consiguió trabajo de panadero y se asentaron en las orillas del pueblo, en donde construyeron una modesta casa hecha de palmas de coco.

-¡Todo es mejor que casarme con el cacahuatero!

Era lo que hasta ese momento pensaba Ángela. El arrebato resultó una decisión apresurada, resultó ser la peor alternativa, actuó por impulso, por pretender salir de una situación difícil, existen muchos adolescentes que actúan por arrebato, éste puede consistir en: irse de casa, robar, drogarse, suicidarse, Etc., Ángela se sintió sola, incomprendida, si sus padres la hubieran hecho sentir que era importante, que su opinión contaba y que la amaban, el arrebato pues pudo haberse evitado. La familia debió ser el mayor apoyo para Ángela, pero en éste caso fue su verdugo, sus padres eran la autoridad, pero no sus amigos, eran quienes le indicaban que hacer y cómo hacerlo, pero la opinión de Ángela, siendo una mujer menor de edad era indiferente, por tal razón, sabía que si la voluntad de su padre era entregarla al cacahuatero, lo haría, sin importar lo que ella pensaba de la situación. La suposición es una de las principales causas del arrebato, el miedo a un incierto futuro, a estimar un esfuerzo insuficiente por lograr algo. ¿Qué hubiera pasado si utilizara las emociones a su favor?... La ira nos carga de energía para emprender trabajos complejos, el miedo nos despierta los sentidos y la observación se vuelve más aguda, la tristeza nos integra con nuestro interior y saca a flote nuestra sensibilidad. Si esto podemos decir de las emociones denominadas como negativas, ¡imaginemos!... ¿Qué hubiera podido hacer Ángela con las emociones positivas, como la alegría, la esperanza, el amor, el entusiasmo, la satisfacción y tantas otras?

Ángela y muchas personas pasamos por situaciones complicadas, una clave para salir de éstas es la autoestima, pero ella se creía incapaz de resolver una situación por sí misma, no la podía resolver con esa creencia; resulta que somos susceptibles a la autoprogramación mental; las ideas con las cuales somos formados desde pequeños son el alimento del autoestima, si los padres no empoderan a sus hijos en las adversidades, se les dificultará aún más resolverla. Por ello la importancia de alimentar a nuestros hijos con ideas que los lleven a la conciencia social y el éxito… ¿Qué  hubiera pasado si Ángela desde su niña estuviera empoderada?...Ejemplo de empoderarlos es decirles: Eres una buena persona, eres inteligente, eres importante, tú puedes y eso lo capitalizarán en cada situación que se les presente. Ayudarlos a descubrir sus talentos y a desarrollarlos.

Ángela decidió concluir con una situación inconveniente, la causa no se trató de un momento puntual en la vida de ella, sino, de un cúmulo de circunstancias, Ángela ya había vivido demasiados momentos complicados como para tener una expectativa de lo que seguiría sucediendo.

Reynaldo queriendo apoyar a Ángela en ese momento la hizo sentir que hacía bien abandonando su casa y empezó reforzando su idea expresando todas las opiniones negativas que tenía acerca de la familia de ella. Hoy es más fácil evaluar que quien expresa los defectos y problemas de otros, en el fondo solo está intentando sentirse menos culpable de los suyos. Una persona satisfecha con su vida ocupa su valioso tiempo en observarse a si mismo, aceptar las áreas de oportunidad y automejorándose, si en  verdad  quiere  ayudar a  otro  escucha,  observa,  vuelve  a  escuchar y  propone múltiples alternativas, esto en una etapa de madurez, pero Reynaldo era tan solo un menor de edad, con el mismo problema de falta de comunicación familiar igual que Angela. Las buenas intenciones de Ángela y Reynaldo consiguieron muy poco, si como individuos trabajáramos en obtener la mejor versión de nosotros mismos el mundo social podría ser otro. La crítica solo sirve si va acompañada de propuestas, con tendencia a convertirse en acciones programadas, pensando universalmente,  siendo  de bien.

Ahora, cuando las decisiones de un integrante de la familia (quien sabe comunicarse y no solo golpear) no me favorecen me apoyo considerando lo siguiente:


  1. Defino: ¿Cuál es el problema?... ¿Tiene solución?... ¿Cuál es la actitud ante él?


  1. El cariño y la lealtad son conceptos no negociables, por lo tanto evitamos proferir amenazas terminales.


  1. Evito tener actitudes extremas, que hieren y dañan para siempre: gritar, golpear, insultar, romper cosas, maldecir, injuriar a los familiares del otro, azotar puertas.


  1. Discutimos una sola cosa a la vez.


  1. Prohibido quedarse con cuentas pendientes, cerrar la discusión con aclaraciones, comprensión hacia el otro, acuerdos y compromisos.


Existen personas muy inteligentes que piensan más rápido de lo que hablan, su deficiencia es, que dan por hecho que comprendiste algo que solo lo pensaron y expresaron de forma corporal, pero no lo dijeron con palabras...Agradezcamos a quien nos comprende.


Muchas situaciones en mi vida he afectado por ser explosiva en mi juventud, al igual que el abuelo Severiano, el padre de Angela. Afortunadamente con la edad viene la sabiduría y las actitudes aberrantes que nos afectan las podemos ir dominando en la medida en la cual nos vayamos liberando de la necesidad de dominar personas o situaciones, es un buen trueque soltar necedad por ganar paz. Ser explosivos nos puede limitar en nuestros planes, afectar en relaciones o meternos en problemas. Lo que podemos hacer es educar las emociones:

*Primero debo tomar conciencia de la emoción que surge. La emoción se origina en nuestro interior a partir de un estímulo externo, una vez identificada debemos encontrar el origen de la misma. Lo que sigue es tomar nuestra responsabilidad de la emoción  que sentimos. Puede que otra persona haya sido el detonante, pero nosotros hemos decidido sentir esta emoción. Puede escribirse la emoción y el motivo que la ha generado. Escribir las cosas muchas veces nos aclara puntos en los que no habíamos reparado. De esta forma, podemos ver la situación desde otro punto de vista. Al  librarme de la intención de dominar me hago más humilde, porque conlleva erradicar la ansiedad de ser protagonista. Si ayudamos a alguien, que sea de corazón, algo por nosotros mismo, algo por alguien, algo por una familia, por una comunidad, por el país, por el planeta, y de eso, de lo que hagas de corazón sin esperar beneficio personal, llegará la satisfacción misma de ser quien puede ayudar, de valorar en estar en otra posición diferente en la que se encuentra el necesitado. A partir de mi propia transformación me convierto en observador, me doy cuenta de que pensar en que tengo enemigos o que soy objeto de envidias sería lo relativo a un reflejo de egocentrismo, ahora sé que quien hace daño se encuentra en la cima de su propia ignorancia, que no es culpable de lo que hace, pues la consciencia no es contraria al amor. Confiar en mi integridad me hace confiar en la de los demás y si abusan de esa confianza, quien pierde mas no soy Yo.

La consciencia empieza a trabajar en mi beneficio cuando me hago las preguntas:

¿Qué está pasando ahora?, ¿Me gusta o es conveniente?, ¿Qué empezaré a hacer para mejorar mi calidad de vida y la de mi entorno?

Sabiendo que huir es parte de la transformación, nos facilitaría enormemente el resultado el comprender por qué y para qué lo hago, en el para qué podré idealizar mi cambio, lo que espero que suceda a partir de la decisión y entonces, orientar cada acción a conseguir mi propósito. En la actualidad la decisión de matrimonio es considerada independiente al éxito de una persona, no es pues un criterio  contundente para determinar la felicidad, pero si se llega a la decisión de concretar merece ser analizado previamente al ser una etapa con encantos y desengaños en la vida, en donde además de comprendernos a nosotros mismos debemos comprender y aceptar a un tercero con diferentes creencias, ideas y estilo de vida personal...Resulta importante entonces vivir pruebas previas de tolerancia, de cambios físicos de la persona amada, de lealtad cuando no estás presente, de manejo exitoso de discusiones en donde  quede claro que la prioridad es la  armonía y los momentos felices.


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